Viguetas pretensadas: Precios y Medida
Las viguetas pretensadas son una combinación de hormigón de cemento tradicional con refuerzos (barra de acero). Esta mezcla está hecha para utilizar la resistencia a la compresión y la resistencia a la tracción al mismo tiempo, por lo tanto, ambos materiales trabajan juntos para resistir muchos tipos de carga.
Estas viguetas pretensadas están diseñadas cuidadosamente, ya que sino están lo suficientemente reforzado, puede debilitarse y estar sujeto a fallas. El hormigón armado se puede moldear y dar forma de formas que no son posibles para otros materiales, lo que brinda oportunidades para un diseño innovador y visualmente intrigante...
Ventajas de las viguetas pretensadas
El hormigón armado tiene muy buena resistencia tanto a tracción como a compresión. Esto hace que sea un material de construcción deseado.
Los precios de viguetas pretensadas son muy accesibles. Los componentes del material están ampliamente disponibles en todo el mundo y son económicos. Del mismo modo, el costo de producción del hormigón es muy bajo.
A todo esto, también podemos agregar que su costo de mantenimiento es bajo debido a la naturaleza duradera del hormigón armado. En otras palabras, durabilidad, resistencia, bajo mantenimiento y eficiencia energética es lo que aporta este noble material.
El largo de viguetas pretensadas permite edificar grandes estructuras gracias a su gran versatilidad. Se puede colocar de varias maneras para formar la superficie, la textura y los tamaños deseados en el sitio de construcción.
Esto se debe a que las medidas de viguetas pretensadas se pueden adaptar con gran facilidad según cada construcción. Por lo tanto, es más adecuado para los requisitos arquitectónicos.
Cabe destacar, que las estructuras de hormigón armado son duraderas si se diseñan y colocan correctamente. El material no se ve afectado por el clima como la lluvia y la nieve, y pueden durar hasta 100 años.
Debido a la baja permeabilidad, el hormigón puede resistir los productos químicos disueltos en el agua como sulfatos, cloruros y dióxido de carbono, que pueden causar corrosión en el hormigón, sin un deterioro grave.